Me pregunto como se verá el color de la imagen en un monitor que no esté agonizando :S



Hay un sol que esta increíble, y creo que es por el viento. Salir un ratito, sentir en fresco y la tibieza a la vez es fantástico. Despues del verano, que no es mi estacion favorita, está este Otoño que se siente fantástico.
Salí esta mañana al patio trasero, no tan temprano. El verde de las hojas atrapaba un sol que me pareció nivelado, medido, extraño, pero chispeante. Era más suave y amable que en los días de calor, y muy reconfortante.
No pude hacer otra cosa más que sonreír mientras me daba cuenta de que yo misma estaba llena de energía, rezumaba. Y cuando escuché el viento en el árbol de Pezuña y en la parra... bueno, la verdad es que quise soltar una risa enorme y ponerme a aletear. Un poco lo hice.
El Otoño me pone de un humor excelente y esta mañana me di un poco cuenta de la razón. Aprecio un poco mas recordar detallesillos de cuando era chica. Recuerdo aletear en el fresco corriendo a tomar un té o un chocolate caliente en altos vasos de vidrio, llenos de azucar, con tres hermanos mayores. En como es agarrar la mano tibia de alguien cuando la tuya está mas fría. En como mi cara se ponia roja con el frío mientras mi abrigo rojo calentaba lo demás. En mi cuellito de piel de conejo blanco -perdonen los ecologistas, yo los apoyo pero yo no lo mate-. En mi gorrito de lana azul que se anudaba debajo de mi cara con un moño y me hacía sentir un pinguino azul. En botas de lluvia rojas. En buñuelos y leche caliente. En lluvia con sol y las gotas en tu cara. En la frazada tejida de mi abuela. Hacer fiaca en la cama hecha un bollito tibio-como sé que sigo haciendo- , y en viajar, en colectivo, en la bicileta roja con mi abuelo que usaba una especie de gorro-boina, o rara vez en auto, y en recordar como una calle seguía a la otra y la mayoría me parecían muy bonitas y misteriosas, con los árboles poniendose cada dia mas amarillo-dorados mientras imaginaba el viento en sus hojas y la música que hacían. En llevar SIEMPRE una mochila como si fuera a viajar y en ella uno o más libros que nadie de mi edad leía, lápiz -de esos que eran completamente amarillos con una goma arriba que siempre le faltaba- y papel para dibujar. Siempre olvidaba la goma de borrar.

Sé que cuando llegue el invierno quizás escriba algo en líneas similares, pero esta combinación de frío-calor, viento-luz es como inigualable, porque es un cosquilleo amarillo y luminoso en mi piel y tan natural como respirar.